MAL-DICIENDO

Una se compone de piecitas de todo tiene trozos de colores, nubes y risas. La vida es lo mismo que la sensación de ser. Una es diminuta y es parte de todo lo que existe el tiempo, el corazón y la creación del universo se expresan en otros planos y curvas, y vivir es hacer, aprender es hacer, querer es hacer. Luego vienen los uniformes y saber es una orden, hacer es una obligación se destaza en cada mesa el querer y la espontaneidad se desangra en un gancho de carnicería. Desde la complejidad del ser hasta la rutina pongo mi alarma, mi relación más profunda la constituye un calendario cuadriculado. Hay trenes que se pierden en el horizonte y de lejos solo se percibe una nube o una columna humeante como un fósil de cielo perdido entre el zigzag de las montañas y la geografía de la luz. En las mañanas persigo las luciérnagas extraviadas pero llego siempre tarde a ese trabajo, me busco y trato de guardarme lealtad juro que mi vida es mía y que no la voy a malgasta...

Se sortea entre horas de fábrica, polvo de cemento y sudor o pilas de papeles con grapas y membretes y llega ansiada, como un regalo o un premio que se espera Con suerte será una hora, que desea ser eternidad una celebración diaria, como el año nuevo de cada día tan normal y tan imprescindible, pausa básica y vital reapropiación de los minutos y de la vida momento único cuando se vuelve a tener decisión, poder y control reivindicación del tiempo como nuestra propiedad se deja en el rincón o un cajón del escritorio toda plusvalía y los colegas empiezan a tomar forma humana forma de chiste y risa y algo traído acaso para compartir tazas con comida como trofeos, recuerdos del hogar tapas plásticas que chorrean olor a cariño en diminutas gotas condensadas antes de volver a trabajar.