Tactus


Otro ritmo, menos revoluciones
vienen a desacelerar las ansiedades
Me entero que no es irse o quedarse todas las veces,
que hay grises y hay verdes,
que son espacios de vida resistiendo las líneas que separan.

Vamos habitando territorios producidos por el movimiento,
adagios personales, a veces más largos, a veces más andantes.

Estamos en un tiempo que no es para repetir,
soy cinemateca de proyección interna
donde ya no habrá retorno a eternidades de angustia
ahora yo soy otra, somos otros los demás,
cargamos cicatrices, engullimos tomos de lecciones
que derrotan la ciclicidad que se muerde su propia cola.

Los latidos marcan el tempo
un tactus particular para cuidarnos y sanar
para caminar con paso de bosque en la mañana
con frescor de rocío en la respiración,
sin miedo a irse y llegar a cualquier lugar
como paseando y contemplando nuestras propias vidas
en busca de algo bello y transparente
como pájaro o riachuelo en su canto y armonía.






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