Segundo aguacero
Llega de repente esta tarde con el segundo aguacero de la época donde se van agotando los dedos para decir la edad. Los amigos y hermanos ya son monumentos declarados, caras lejanas con un hilo reventado. Los vínculos ya se han roto por la rigidez de ser unx mismx y lo blando queda cada vez más profundo dentro del exoesqueleto madurado. Mis palabras intrépidas ya son ruinas arqueológicas para las potentes piernas jóvenes. Trato de seguir corriendo a ritmo pero todo se va pasando, todo se va yendo. Acá nos quedan cicatrices, aprendizajes y pérdidas: del bello, de volumen, de ganas de intentar una vez más. Llega esa tarde de humo y nevera y acumula cuentas, arreglos, goteras y cansancio. Otra vez alguien se va, inevitablemente hace que se presenten quienes hace tiempo no están. (Me adelanto en el tiempo pienso en ese otro día de lluvia en el que no quede ninguna de mis madres y en el que mi agenda telefónica sea si acaso un directorio de memorias sin correspondenci...