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Mostrando las entradas de mayo, 2020

Instantánea

Te extraña mi sillón para recostarse con la secuencia tenue de luces amarillas mientras el mundo ocurre afuera. Te extrañan las series con capítulos pendientes y las somnolientas películas sin terminar. Te extrañan las carcajadas que ahora no pueden salir porque no están aquellos ridículos videos alumbrándonos la madrugada. Te extraña también el lado de adentro de la cama y el paño que aun cuelga como bandera derrotada. Te echan de menos mis gatxs y mis amigas, la hora de la cena, la prensa del café, la ruidosa tetera a punto de despegar y las sandalias que no podías dejar... Aunque no te lo diga, te extraño mucho yo, que únicamente te veo sonriendo en la puerta del refrigerador.

Tactus

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Otro ritmo, menos revoluciones vienen a desacelerar las ansiedades Me entero que no es irse o quedarse todas las veces, que hay grises y hay verdes, que son espacios de vida resistiendo las líneas que separan. Vamos habitando territorios producidos por el movimiento, adagios personales, a veces más largos, a veces más andantes. Estamos en un tiempo que no es para repetir, soy cinemateca de proyección interna donde ya no habrá retorno a eternidades de angustia ahora yo soy otra, somos otros los demás, cargamos cicatrices, engullimos tomos de lecciones que derrotan la ciclicidad que se muerde su propia cola. Los latidos marcan el tempo un tactus particular para cuidarnos y sanar para caminar con paso de bosque en la mañana con frescor de rocío en la respiración, sin miedo a irse y llegar a cualquier lugar como paseando y contemplando nuestras propias vidas en busca de algo bello y transparente como pájaro o riachuelo en su canto y armonía.

Nómada o estación

Para Paulo Enmarañado subís y bajás campante, deslizante como la araña que se empeña en poblar mi salón Dispar también, tenés un ojo maravilloso que mira hacia dentro con la abnegada terquedad de un sabio estudioso que algo va a encontrar. Parte nómada, parte estación o mixtura sin resolución plausible , tomarás los restos de las vestiduras rasgadas para limpiar el charco de la leche derramada sin llorar una lágrima que esté de más. Caminás cargando tu historia en ese maletín resignificado en el que pusiste tu dignidad y amor en esos quilos delgados que van recuperando su forma en los nuevos rituales de traer paz, caminás sobre todo de noche y ahí te iluminás. Ya pasaste por muchos campos de batalla y en el último round reconociste en la campana perdidas ganas de vivir. Ahora estás triste por los panes quemados, aún recocinándose en el horno por la llave quebrada en la puerta de entrar por la resaca que deja la ilusión cuando el interruptor se pone en off.

Dormir

Para Paulo Su cuello es un puente tibio y largo de texturas suaves y blancas, conecta como un púlsar las nebulosas del pensamiento con el núcleo de su pecho. Se me antoja pensarnos como cúmulos de estrellas jugando a engatusar los telescopios. Algunas veces lo miro al dormir, lo siento respirar asmáticamente, navego su aliento y los cálidos grados de su temperatura. Lo contemplo en la almohada que hace de vitrina y trato de descifrarlo, descenderlo con antorcha en mano, por mil gradas angostas y a oscuras con tal de entrar a sitios que parecían cerrados al mundo hasta topar con las fotos de su cámara secreta. Intento reflejarme en su primer espejo de cuerpo entero, pasar sus páginas llenas de notas al margen, decirle todo mi interior desde el silencio. Me llama la noche en su agujero profundo, irreversible a ese paralelo sin conscientes o me da el sol en la cara cuando hace trampa por las cortinas consteladas Here comes the sun, little darling and it's all