Nómada o estación

Para Paulo

Enmarañado
subís y bajás campante, deslizante
como la araña que se empeña en poblar mi salón
Dispar también,
tenés un ojo maravilloso que mira hacia dentro
con la abnegada terquedad
de un sabio estudioso que algo va a encontrar.

Parte nómada, parte estación
o mixtura sin resolución plausible,
tomarás los restos de las vestiduras rasgadas
para limpiar el charco de la leche derramada
sin llorar una lágrima que esté de más.

Caminás cargando tu historia
en ese maletín resignificado en el que pusiste tu dignidad y amor
en esos quilos delgados que van recuperando su forma
en los nuevos rituales de traer paz,
caminás sobre todo de noche y ahí te iluminás.

Ya pasaste por muchos campos de batalla
y en el último round
reconociste en la campana perdidas ganas de vivir.
Ahora estás triste por los panes quemados,
aún recocinándose en el horno
por la llave quebrada en la puerta de entrar
por la resaca que deja la ilusión cuando el interruptor se pone en off.

Yo te veo arrancando malas yerbas
abonando tu tierra con los desperdicios de algo que te quedó,
así no le permitís podrirte el paisaje,
expulsando las zompopas que carcomen los cimientos del corazón.
Te trasmutás a tu ritmo
tan ligero, tan vos
y vas siendo ese jardín nómada,
con el que solamente me cruzo en mi propio camino
y algo me sugiere que una parte es también mi estación.

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